La alfarería es el nombre del arte que consiste en la
elaboración de vasijas de barro cocido. También reciben dicho nombre las
tiendas donde se comercializan las vasijas y el obrador en el cual se fabrican.
Además, alfarería es en nombre del obrador donde se elaboran estas vasijas y la denominación de la tienda donde se venden. A la persona que elabora alfarería se la conoce como alfarero.
La materia prima de la alfarería
El barro es la materia prima con la cual trabajan los
artesanos alfareros. Sin embargo, debemos aclarar que no todos los barros son
adecuados para elaborar objetos; ya que es necesario que posean ciertos
componentes químicos que les permitan obtener determinada plasticidad para ser
manejables.
El alfarero se procura el barro de yacimientos que existen en los alrededores de su comunidad, más o menos alejados de sus talleres o casas. Una vez que lo ha seleccionado, en su centro de trabajo lo lava, retira las piedras o basuritas que tenga, lo deja secar, lo muele y le agrega las sustancias que requiera para su óptima plasticidad.
Proceso de elaboración
El proceso de elaboración de las
piezas cerámicas comienza con el amasado de la arcilla, para que las distintas
partículas y la humedad se distribuyan de manera homogénea y para evitar la
formación de burbujas de aire. El siguiente paso consiste en el moldeado manual
o con la ayuda de distintas herramientas. En esta parte del proceso se agrega
agua, de manera que la arcilla mantenga su plasticidad y no surjan rajaduras.
Después la pieza es dejada al aire libre para que se seque, en una fase
conocida como estado de cuero. Cuando la pieza está totalmente seca, adquiere
mayor dureza y un color más claro. El alfarero puede entonces lijar la pieza
para dejarla más prolija. Finalmente, la pieza de alfarería es llevada al
horno, donde adquiere mayor resistencia y pierde su humedad química.
La cocción
Cuando el artesano ha terminado de labrar, darle
forma a una pieza, la pone a secar a la sombra. Ya que está completamente seca
la cuece. A esta operación se le llama quema o cochura. La
cocción del barro puede realizarse en hornos circulares abiertos por arriba,
como se usan en la mayoría de los centros alfareros. Pero también suelen
emplearse hornos bajo tierra, como en San Bartolomé Coyotepec, Oaxaca; o a la
intemperie, sobre el piso, tal como se acostumbra en Amatenango del Valle,
Chiapas. El combustible para calentar los hornos es muy variado, puede ser
leña, boñiga, petróleo, gas o electricidad. Estos dos últimos se emplean para
cocer piezas de alta temperatura; es decir, de 1,200º C, como es el caso de la
mayólica o talavera, recubierta de esmaltes a base de óxidos de plomo y estaño,
que se cuece en hornos de gas o del llamado tipo morisco.
Decoración de una pieza de alfarería
Para dar un bello acabado y decorar una pieza, el alfarero utiliza varias técnicas. Puede emplear el alisado que consiste en eliminar las asperezas de un objeto para dejarlo suavecito al tacto. O bien, puede bruñirlo antes de cocerlo frotándolo con una piedra o un trozo de metal para darle un acabado brillante. Pero también el artesano suele decorar su pieza por medio del calado, en cuyo caso perforará el barro crudo para formar decoraciones geométricas o fitomorfas.
Otras veces aplica un
colorante de origen mineral al barro que se conoce con el nombre de engobe,
empleado mucho en el acabado de los cántaros. Asimismo, el artesano puede
practicar incisiones en la pieza sin hornear, con el fin de lograr un
bello esgrafiado. El esmaltado se obtiene cuando al objeto se le
aplica esmalte y se cuece, si el esmalte es vidriado, el artesano obtendrá una
buena impermeabilización de la pieza. Cuando el objeto cerámico está cocido y
se aplican sobre él dibujos monocromáticos o policromados, se dice que el
artesano ha empleado la técnica del pintado. Por último, tenemos
el pastillaje que sirve para decorar la pieza por medio de la
aplicación de figuras hechas del mismo barro.
Usos de la alfarería
Con mucho oficio y creatividad, el artesano da vida a
innumerables objetos y recipientes, tanto para decoración como para uso
cotidiano y religioso.
Elementos constructivos. Comprende también los azulejos
esmaltados. También son de alfarería los ladrillos, producción de tuberías para la conducción del
agua.
Utensilios de cocina: principalmente servían para guardar alimentos como, por ejemplo: jarras, cazuelas, ollas, jarros para beber agua, platos.
Elementos religiosos: incensarios, copalera, sahumerio.
Los instrumentos musicales también tienen su representación
en la alfarería, como por ejemplo, la ocarina.
Otro uso de la alfarería, es en la elaboración de macetas o elementos decorativos para el hogar.
Principales centros alfareros
La alfarería es una de las principales ramas del arte
popular distribuida a todo lo largo de México. Su importancia radica,
precisamente, en esa enorme distribución, y, por supuesto, en la finura y
belleza con que las mujeres y los hombres del pueblo ejecutan sus piezas.
Podemos decir que existen alrededor de setenta y cinco centros alfareros que
destacan por la maestría de sus artesanos. Así por ejemplo, en Puebla
encontramos a Acatlán con sus cántaros, cajetes, apaxtles y chimbules; a Izúcar
de Matamoros que destaca por sus muñecos animales, candeleros, y sus, famosos
árboles de la vida y la muerte; está también Huaquechula en donde se labran
figuras para Muertos y Navidad. En Oaxaca tenemos a San Bartolo Coyotepec que
produce ollas, cántaros, pichanchas y sirenas; Jamiltepec destaca por sus
juguetes a la usanza prehispánica; Tehuantepec por sus muñecas y caballitos, y
San Blas Atempa por sus ollas y tinajeras para enfriar agua.
En Michoacán podemos mencionar la cerámica de Capula y sus
vasijas, macetas y ollas vidriadas; las piñas y poncheras verdes de San José de
Gracia; de Patamban nos asombra su loza vidriada en verde; y de Tzintzuntzan
sus cuichas y tachas. Basten los ejemplos anteriores para darnos una somera
idea de la enorme producción alfarera de nuestro país.
La alfarería mexicana es reconocida como una de las más hermosas y mejor trabajadas a nivel mundial, y este no es un secreto pues se sabe de muy buena fuente que los trabajos de alfarería se remontan a antes de la conquista de México, lo cual nos da una idea de que los trabajadores de estas artesanías han tenido el tiempo suficiente como para ir imaginando todo un mundo de forma y color.
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