Viajar en tren no suele destacar entre las costumbres de los
trotamundos en México; no porque sea desagradable sino porque los
trenes de pasajeros del país se pueden contar con una mano. Uno de ellos, sin
duda el más famoso, es El Chepe: una máquina que recorre el norte a
través de las Barrancas del Cobre, en la Sierra Tarahumara.
El silbido que brota de las locomotoras rompe el silencio en
la inmensidad de las agrestes montañas de Chihuahua y su eco rebota una y otra
vez en los profundos cañones del noroeste de México.
Dos máquinas, cada una con un peso de 120 toneladas,
arrastran nueve vagones de pasajeros que en conjunto penetran en la Sierra
Madre Occidental para recorrer 650 kilómetros en uno de los viajes más
espectaculares del norte del país.
Las enormes letras pintadas en los costados del pesado
conjunto de vagones y el sonido de las ruedas de metal pegando con los rieles
anuncian a los pobladores de los estados fronterizos de Sinaloa y Chihuahua el
paso de El Chepe, el único tren de pasajeros en México.
"El Chepe", el tren más emblemático y joya de la ingeniería
ferroviaria de México en su recorrido, desde la capital del estado de
Chihuahua, hasta las playas de Los Mochis, en el Pacífico, atraviesa los más
espectaculares parajes naturales del noroeste de México; entre los cuales, los
profundos desfiladeros de Barrancas del Cobre, el Gran Cañón mexicano, salvando
cotas de 2.500 metros de altitud.
El Chepe es considerado una de las más importantes líneas
ferroviarias del Norte de México, el cual enlaza las ciudades de Chihuahua y
Los Mochis atravesando las Barrancas del Cobre.
Origen y recorrido de "El Chepe"
Fue construido en 1961 y actualmente es el único tren de
pasajeros en México. La ruta, conocida como "Corredor turístico del Oeste", fue
diseñada para conectar la ciudad de Chihuahua -capital del citado Estado, el
mayor de los 29 que conforman México-, con el Pacífico. La línea tiene una
longitud de 653 kilómetros; en cuyo trazado, el tren circula sobre 39 puentes y
atraviesa 86 túneles. La ruta turística de este maravilloso ferrocarril
se detiene en 13 ocasiones para ascenso y descenso de pasajeros, haciendo una
parada de 15 a 20 minutos en Divisadero para apreciar las Barrancas.
El Chepe inicia su travesía en la capital de Chihuahua y
termina en Los Mochis y viceversa, haciendo paradas en distintos poblados y
mostrando a sus usuarios increíbles paisajes que van desde bosques, río,
lagunas, montañas y barrancas. Actualmente es uno de los pocos trenes de
pasajeros que atraviesan México.
Los estados mexicanos de Sinaloa y Chihuahua están
unidos por una línea de tren de pasajeros que recorre 653 km cruzando 86
túneles, cruzando sobre 49 puentes y pasando por los Mochis, Sinaloa, por
el famoso pueblo mágico de El Fuerte, la imponente Sierra Madre Occidental
y circula junto las impresionantes Barrancas del Cobre en un recorrido que
realiza a diferentes alturas, desde los 100 m sobre el nivel del mar hasta una
altitud de 2400 m.
El nombre de El Chepe, viene de la abreviatura de las
estaciones que marcan su recorrido. Ch por Chihuahua y P por Pacífico. De
ahí, se escribía CH-P que era el nombre de la línea pronunciándose Che-pe,
nombre popular con el que se conoce y con el que hasta se rotulan los propios
vagones de este ferrocarril.
Actualmente es el único de los trenes de larga
distancia en el país que sigue en funcionamiento como tren
turístico pensado mayormente para los visitantes estadounidenses y
canadienses que recorren los estados mexicanos.
Su ruta es considerada como una de las obras maestras de la
Ingeniería Mexicana. Además, tiene paradas en Ojinaga, Tabalaopa, Chihuahua
Capital, Cuauhtémoc, Casa Colorada, La Junta, San Juanito, Creel, Divisadero,
Posada Barrancas, San Rafael, Bahuichivo y Temoris en el Estado de
Chihuahua; y en Loreto, El Fuerte, Sufragio, Los Mochis y el puerto de
Topolobampo en el Estado de Sinaloa.
Las 16 horas de recorrido total, partiendo desde Chihuahua
hasta Los Mochis, son un paso ininterrumpido de postales de paisajes con sus
bosques de pinos, coníferas y encino; arroyos, ríos y lagunas que se convierten
en espejos; montañas, cañadas y, por supuesto, el paso constante de los
durmientes sobre el abrupto terreno.
Transporta al año cerca de 80,000 personas, entre ellos a la
población tarahumara, así como a 90,000 turistas, de los cuales el 40 por
ciento es extranjero, en especial de Estados Unidos, Canadá y Europa.
El tren sale de Chihuahua los lunes, jueves, sábado y
regresa martes, viernes y domingo. Durante el recorrido se pueden apreciar tres
visiones continentales, los tarahumaras, los menonitas y los indios mayos.
También hay una impresionante ruta gastronómica, que va
desde comer carne y chile con queso en Chihuahua, hasta los deliciosos mariscos
en Sinaloa.
Una forma de vida para los tarahumaras
Además de fomentar el turismo, el Chepe representa una forma
de vida para las comunidades indígenas del norte del país, y que de otra manera
estarían aislados del mundo sin el paso del tren.
Los vagones que corren en esas vías significan un aire de
esperanza y bienestar para los tarahumaras, que aprovechan la derrama económica
dejada por los turistas al ofrecerles servicios como guías, carga de maletas y
venta de artesanías.
Por ejemplo, en los 10 a 15 minutos que para el Chepe en
Divisadero o Creel, mujeres con faldas (sipúchaka de pliegues) y blusas
holgadas, así como niños, se agolpan en las ventanillas del tren para
ofrecerles manzanas, refrescos, frituras, artesanías, y en algunas ocasiones
pedir cinco pesos para "posar" para la foto.
La tradición entre los tarahumaras es que las mujeres elaboren
ollas de barro y jarros, pero también usan la palma y la palmilla para tejer
canastas de diversos tamaños, que son las que ofrecen a los turistas.
Y tú ¿te atreverías a viajar en este fascinante medio de transporte?
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