martes, 15 de diciembre de 2020

La Rumorosa, Baja California: donde se encuentra una de las carreteras más peligrosas de México

 



Baja California es considerado líder en senderismo en México. Una de las opciones más espectaculares para llevar a cabo esta experiencia es La Rumorosa, un santuario de rocas que forman caprichosos conjuntos entre montañas y curvas, un paisaje distinto e impresionante que no se parece en nada a lo que pueda encontrarse en otra parte del país.

Pero ¿Qué es exactamente La Rumorosa?

En estricta teoría, es una muy pequeñita localidad en el municipio de Tecate, en Baja California, que se ubica en la parte más alta de la carretera entre Mexicali y Tecate. Sin embargo, independientemente del pueblo, se llama así a toda una región, la cual forma parte del trayecto entre las dos ciudades. Justo por esa carretera es que se hizo famosa la región. Más adelante te contaremos por qué.

La Rumorosa debe su nombre al sonido del viento, que al golpear contra sus formaciones rocosas parecen escucharse voces. Recorrer esta carretera es el sueño de muchos, sobre todo por las vistas panorámicas hacia montículos de formaciones rocosas creadas por la erosión en tonos ocres. 




El paisaje se vuelve más alucinante cuando La Rumorosa está nevada, suele ocurrir entre diciembre y febrero. Muchos describen sus paisajes como 'estar en otro planeta'; millones de rocas de todos tamaños se apilan unas sobre otras a los lados de la carretera, con apenas algunas muestras de vegetación entre los montículos que se suceden uno tras otro. El contraste con el cielo intensamente azul y el clima frío, sin duda lo convierten en un lugar muy especial y hasta misterioso.


Atractivos de la Rumorosa y actividades que puedes realizar aquí

Además del paisaje marciano, entre sus rocas se encuentra la zona arqueológica El Vallecito, donde la antigua etnia kumiai plasmó pinturas rupestres. También hay miradores establecidos para observar cóndores, borregos cimarrones y gatos montés.






Una de las actividades más recomendadas en La Rumorosa, como ya dijimos, es el hiking o senderismo, actividad que deberás hacer de preferencia con un guía certificado para tener una más segura y mejor experiencia en las cuatro rutas señalizadas: Salón Ejidal, La Ventana, El Borrego y De Llanos.




Cuando se hace el trayecto de descenso de Tecate a Mexicali, se encuentra la famosa Casa de Piedra. Es un geoparque para hacer actividades de aventura como recorridos en bicicleta de montaña, rappel y escalada sobre las piedras encimadas de La Rumorosa.






La gente de Mexicali suele visitar el área para comer, ya que es una zona montañosa y fría, y sus restaurantes ofrecen ricas especialidades. Sin embargo, lo que es más célebre aquí es el pan, con varias panaderías muy conocidas por los locales.

La Rumorosa y su extraño paisaje desértico es, entonces, uno de los sitios más emblemáticos del estado, gracias a sus impactantes panorámicas sin comparación que la convierten en un lugar para desconectarse y entrar en contacto con la naturaleza.





Carretera de La Rumorosa

El estremecedor paisaje rocoso no es lo único que encontrarás aquí. La manera tradicional de entrar a La Rumorosa es por la carretera Mexicali-Tecate, la cual ha sido calificada como una de las favoritas de los aficionados al volante y también como una de las más peligrosas en el país por sus cerradísimas curvas.




Mucha gente llama a este camino La Rumorosa, por lo que hay cierta confusión sobre si el nombre es el de la carretera o el del área. La realidad es que el nombre corresponde a la zona, que se recorre en parte por la Carretera Federal 2D, su nombre oficial.




Hasta los años noventa, era conocida como 'la carretera de la muerte', ya que solo contaba con dos estrechísimos carriles, uno de ida y otro de regreso, y el viento y las curvas no ayudaban, por lo que había numerosos accidentes, muchos de ellos fatales.




De hecho, aún pueden verse al fondo de algunos peñascos los restos de autos y camiones volcados. Sin embargo, la ampliación de los carriles y algunas otras obras han reducido considerablemente el número de fatalidades. A pesar de esto, sigue siendo de gran peligrosidad para conductores poco expertos, pues no hay forma de escapar de sus desfiladeros y pendientes.

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