lunes, 14 de diciembre de 2020

Sarapes, una prenda representativa de México



En esta época de frío es común que miles de mexicanos busquen cubrirse y reconfortarse con un sarape.  Es acertado afirmar que una de las prendas que más nos representan como mexicanos son los sarapes. Estos tejidos de colores han sido símbolo de nuestra cultura por mucho tiempo; sin embargo, la realidad es que los sarapes no se elaboran en todos los estados de la república, y algunos no son tan relevantes como otros. Su nombre proviene del náhuatl zarape, que significa "manta para cubrir", término general que podemos acuñar a otras prendas, pero que también distingue esta de las demás.




La moda de cada lugar es única y combina lo actual con las tradiciones ancestrales. Esta indumentaria era utilizada para cubrir del frío y la lluvia a los hombres hace varias décadas.

Origen de los sarapes

Esta conocida indumentaria es el equivalente al rebozo femenino y resultó de la fusión de las culturas española e indígena. De hecho, se piensa que el sarape combina el tilmati o tilma y la capa valenciana, de origen español.

Después de la conquista, las prendas que usaban los indígenas fueron sustituidas por prendas de estilo europeo. Y, poco a poco, las mezclaron con el gusto de los nativos; creando así, prendas producto del mestizaje.



Los sarapes comenzaron a crearse alrededor de 1500 en distintos estados como Tlaxcala, Oaxaca y otras regiones del país, pero no fue hasta años después que en Saltillo comenzaron a crearse. Es importante, porque el diseño del sarape que se hizo famoso gracias a la producción que vino de Saltillo. Esto es debido a que el clima del norte es más cálido, por lo que se modificó el grosor de los hilos, lo que hizo más delgado el sarape y con ello los diseños fueron más vistosos.

De esa forma, los sarapes de Saltillo pronto comenzaron a venderse a extranjeros, que los llevaban a sus países, maravillados por los colores de los amaneceres y atardeceres del desierto, así como de los diseños florales y adornos que le hacen a cada uno una pieza única.

También, con el tiempo, a estos diseños se les agrego una parte con los colores tradicionales de México, siendo una representación del país para aquellos que lo llevaban a otra parte del mundo, o incluso para los mismos mexicanos que los portaban con orgullo.




Sarapes en los estados mexicanos

Los diferentes patrones del sarape reflejan la cosmovisión de las etnias dedicadas a su producción. Tales como los yaquis y los huicholes.




Los más reconocidos por su calidad son los de Chiauhtempan, los de Saltillo y los de Teocaltiche. Cada uno con su estilo de tejido, colorido y patrones.

Otros lugares donde crean maravillosos sarapes son Aguascalientes, Jalisco, Tlaxcala, San Luis Potosí, Hidalgo, San Miguel de Allende, Estado de México y más.





El sarape como obra de arte

La técnica de tejido, los procesos de hilado y el teñido no son cualquier cosa. El proceso requiere de mucha habilidad y creatividad de los artesanos, quienes con materiales naturales y sus manos, logran diseños únicos y de increíble belleza.

El sarape es tan emblemático que el Museo Nacional de Antropología e Historia alberga una gran colección. No sólo tienen sarapes contemporáneos, algunos datan de hace siglos, y todo con el propósito de estudiar la técnica e iconografía presente en cada uno de ellos.

Esta prenda ha evolucionado y mucha gente interesada en preservar nuestras raíces en la moda, ha incorporado este tipo de telas en sus colecciones o pasarelas.

 




Por su diseño, color, calidad y tradición, los sarapes siguen presentes en nuestra cultura. Sobre todo, gracias al trabajo de tantos artesanos que trabajan por preservar tan representativa prenda novohispana. Sin duda, el sarape es un obra de arte representativa de México.

  

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