jueves, 12 de noviembre de 2020

Chicxulub: el cráter del meteorito que dio fin a los dinosaurios

 


De todas las teorías que existen sobre la extinción de los dinosaurios hace 65 millones de años, la más aceptada es la caída de un gran meteorito sobre la Tierra, justo frente a las costas de Yucatán. Aquí, yace sumergida una estructura circular de 200 kilómetros diámetro que, según los científicos, sería el cráter de impacto del meteorito que causó la gran extinción.

Historia

A mediados de la década de los 80, cuando un grupo de arqueólogos estadounidenses examinaba imágenes satelitales que mostraban la península de Yucatán, en México, no sabían cómo interpretar una imagen que los descolocó por completo: un anillo casi perfecto de unos 200 kilómetros de ancho.

Los cenotes, esos depósitos de agua de manantial azules, son un elemento básico de los folletos turísticos de Yucatán y se repiten en este paisaje árido abriéndose paso por las vastas llanuras de Yucatán, un estado de bosque seco y bajo en el extremo este de México. Vistos desde el espacio, forman un arco en forma de medio círculo, como hecho por un compás.

Los arqueólogos descubrieron este patrón -que circunda la capital de Yucatán, Mérida, y las ciudades portuarias de Sisal y Progreso- casi de forma casual, mientras intentaban comprender qué había sido de la civilización maya que una vez había gobernado la península.

Los mayas usaban los cenotes como forma de suministro de agua potable, pero la extraña disposición circular de los hoyos que se podía ver en las imágenes satelitales dejó perplejos a otros investigadores y especialistas durante el Simposio Latinoamericano de Sensoramiento Remoto, celebrado en Acapulco en 1988.

Este anillo corresponde al borde del cráter que causó un asteroide de 12 kilómetros de ancho que golpeó Yucatán y explotó con una fuerza inimaginable que convirtió la tierra en agua.

El cráter de la muerte

Desde principios de los años 90, equipos de científicos de las América Latina y el Caribe, Europa y Asia han trabajado para completar la investigación de los cabos sueltos que quedan.

El cráter de Chicxulub también es conocido como el cráter de la muerte, goza de menos fama que el de Arizona, pero es de otro calibre. Es como el Monte Everest cayendo del cielo a una velocidad de entre 20 y 40 km por segundo.

 


El meteorito se estrelló con tal violencia que liberó una energía equivalente a 10.000 millones de bombas atómicas como la de Hiroshima. Los incendios forestales se extendieron a miles de kilómetros del cráter, situado en la actual península de Yucatán, en México. Y todo ello a una velocidad de vértigo, que se disparó por la presencia de cantidades ingentes de azufre, el verdadero 'asesino'. Este elemento químico -y no el asteroide- originó el enfriamiento global y el cambio climático

El impacto del meteorito vaporizó, como mínimo, 325.000 millones de toneladas métricas de minerales ricos en azufre presentes en el lugar del impacto, suficiente para hacer que la luz solar se volviera opaca y provocar un drástico enfriamiento en toda la Tierra. Así lo confirma un equipo de científicos del Instituto de Geofísica de la Universidad de Texas, que lleva tres años analizando detalladamente las muestras de un cilindro de roca de 1.334 metros. Han descubierto que los sedimentos del cráter, llamado Chicxulub, son capaces de contar la historia en capítulos tan precisos como lo hacen los anillos de los árboles, no importa cuántos millones de años hayan transcurrido.

¿Quién es el verdadero asesino?

El estudio, en el que han participado investigadores del Centro de Astrobiología (CSIC-INTA), reconstruye los procesos geológicos, químicos y biológicos generados por el impacto del asteroide. En un primer momento, la explosión no solo quemó la vegetación, sino que desencadenó un tsunami que arrastró sedimentos hasta el interior de Norteamérica, más de 2,000 kilómetros tierra adentro. Aun así, lo peor estaba por llegar.

El golpe liberó tanto azufre que bloqueó la luz solar y causó un enfriamiento global que acabó con los dinosaurios y con el 75% de las formas de vida del planeta. Fue un infierno local de corta duración, seguido de un largo periodo de enfriamiento global: los dinosaurios "se achicharraron y luego se congelaron", aunque "no todos murieron ese día", resume Sean Gulick, profesor de investigación en el Instituto de Geofísica de la Universidad de Texas y autor principal del estudio.

En opinión del experto, las conclusiones ofrecen claves para el presente: "Todo lo que se puede deducir de los sedimentos depositados en esos instantes nos permite saber cómo fue el primer día de una nueva era dominada por los mamíferos. Una especie que ahora, por otras causas como la contaminación de los océanos y de la atmósfera, ha iniciado la sexta y última de las extinciones masivas. Tal vez todavía estamos a tiempo de aprender algo del pasado".


Chicxulub en la actualidad

Al día de hoy, el punto central del impacto, donde una vez la montaña se elevó, es una pequeña ciudad llamada Chicxulub Puerto.

La población apenas tiene publicidad, así que a menudo los pocos amantes de los dinosaurios que intentan peregrinar por las largas y sinuosas carreteras de este estado mexicano acaban perdidos en otra ciudad cercana llamada Chicxulub Pueblo, a media hora en coche.

Pero incluso si llegan a la ciudad correcta, ubicada a 7 kilómetros al este de la costa de arena blanca del popular centro turístico de Progreso, hay pocos indicios de que este fue el escenario de uno de los momentos más desastrosos de los últimos 100 millones de años.

Si paseas por la plaza principal, verás pinturas de dinosaurios dibujadas por niños del pueblo. Pero el único monumento con referencias a su pasado prehistórico es una especie de hueso de dinosaurio con un cierto aire infantil y hecho de concreto que está colocado sobre pedestal en forma de altar con representaciones de especies de dinosaurios.


También existe un museo que fue inaugurado en septiembre de 2018 entre Chicxulub Puerto y la capital de Yucatán, Mérida, ya que este sitio merece ser más conocidos en todo el mundo. México ha pedido que el cráter sea reconocido por la UNESCO, pero todavía hay muchos turistas que ignoran las características geológicas, el asteroide y la historia e importancia de todo esto.

 





El cráter es un ejemplo único en el mundo que se encuentra bien conservado, ya que la península de Yucatán se encuentra sobre una placa tectónica estable. Recuerda esto cuando visites Chicxulub, un espacio con una historia única.

 


 ¿Visitarías este histórico lugar?

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