De todas las teorías que existen sobre la extinción de los
dinosaurios hace 65 millones de años, la más aceptada es la caída de
un gran meteorito sobre la Tierra, justo frente a las costas de
Yucatán. Aquí, yace sumergida una estructura circular de 200 kilómetros
diámetro que, según los científicos, sería el cráter de impacto del meteorito
que causó la gran extinción.
Historia
A mediados de la década de los 80, cuando un grupo de
arqueólogos estadounidenses examinaba imágenes satelitales que mostraban la
península de Yucatán, en México, no sabían cómo interpretar una imagen que
los descolocó por completo: un anillo casi perfecto de unos 200 kilómetros de
ancho.
Los cenotes, esos depósitos de agua de manantial azules, son
un elemento básico de los folletos turísticos de Yucatán y se repiten en este
paisaje árido abriéndose paso por las vastas llanuras de Yucatán, un estado de
bosque seco y bajo en el extremo este de México. Vistos desde el espacio, forman
un arco en forma de medio círculo, como hecho por un compás.
Los arqueólogos descubrieron este patrón -que circunda la
capital de Yucatán, Mérida, y las ciudades portuarias de Sisal y Progreso- casi
de forma casual, mientras intentaban comprender qué había sido de la
civilización maya que una vez había gobernado la península.
Los mayas usaban los cenotes como forma de suministro de
agua potable, pero la extraña disposición circular de los hoyos que se podía
ver en las imágenes satelitales dejó perplejos a otros investigadores y
especialistas durante el Simposio Latinoamericano de Sensoramiento Remoto,
celebrado en Acapulco en 1988.
Este anillo corresponde al borde del cráter que causó un asteroide de 12 kilómetros de ancho que golpeó Yucatán y explotó con una fuerza inimaginable que convirtió la tierra en agua.
El cráter de la muerte
Desde principios de los años 90, equipos de científicos de
las América Latina y el Caribe, Europa y Asia han trabajado para completar
la investigación de los cabos sueltos que quedan.
El cráter de Chicxulub también es conocido como el cráter
de la muerte, goza de menos fama que el de Arizona, pero es de otro
calibre. Es como el Monte Everest cayendo del cielo a una velocidad
de entre 20 y 40 km por segundo.
El meteorito se estrelló con tal violencia que liberó una
energía equivalente a 10.000 millones de bombas atómicas como la de Hiroshima.
Los incendios forestales se extendieron a miles de kilómetros del cráter,
situado en la actual península de Yucatán, en México. Y todo ello a una
velocidad de vértigo, que se disparó por la presencia de cantidades ingentes de
azufre, el verdadero 'asesino'. Este elemento químico -y no el asteroide- originó
el enfriamiento global y el cambio climático
El impacto del meteorito vaporizó, como mínimo, 325.000
millones de toneladas métricas de minerales ricos en azufre presentes en el
lugar del impacto, suficiente para hacer que la luz solar se volviera opaca y
provocar un drástico enfriamiento en toda la Tierra. Así lo confirma un equipo
de científicos del Instituto de Geofísica de la Universidad de Texas, que lleva
tres años analizando detalladamente las muestras de un cilindro de roca de
1.334 metros. Han descubierto que los sedimentos del cráter, llamado Chicxulub,
son capaces de contar la historia en capítulos tan precisos como lo hacen los
anillos de los árboles, no importa cuántos millones de años hayan transcurrido.
¿Quién es el verdadero asesino?
El estudio, en el que han participado investigadores del
Centro de Astrobiología (CSIC-INTA), reconstruye
los procesos geológicos, químicos y biológicos generados por el impacto del
asteroide. En un primer momento, la explosión no solo quemó la vegetación, sino
que desencadenó un tsunami que arrastró sedimentos hasta el interior de
Norteamérica, más de 2,000 kilómetros tierra adentro. Aun así, lo peor estaba
por llegar.
El golpe liberó tanto azufre que bloqueó la luz solar y
causó un enfriamiento global que acabó con los dinosaurios y con el 75% de las
formas de vida del planeta. Fue un infierno local de corta duración, seguido de
un largo periodo de enfriamiento global: los dinosaurios "se achicharraron y
luego se congelaron", aunque "no todos murieron ese día", resume Sean Gulick,
profesor de investigación en el Instituto de Geofísica de la Universidad de
Texas y autor principal del estudio.
En opinión del experto, las conclusiones ofrecen claves para
el presente: "Todo lo que se puede deducir de los sedimentos depositados en
esos instantes nos permite saber cómo fue el primer día de una nueva era
dominada por los mamíferos. Una especie que ahora, por otras causas como la
contaminación de los océanos y de la atmósfera, ha iniciado la sexta y última
de las extinciones masivas. Tal vez todavía estamos a tiempo de aprender algo
del pasado".
Chicxulub en la actualidad
Al día de hoy, el punto central del impacto, donde una vez
la montaña se elevó, es una pequeña ciudad llamada Chicxulub Puerto.
La población apenas tiene publicidad, así que a menudo los
pocos amantes de los dinosaurios que intentan peregrinar por las
largas y sinuosas carreteras de este estado mexicano acaban perdidos en otra
ciudad cercana llamada Chicxulub Pueblo, a media hora en coche.
Pero incluso si llegan a la ciudad correcta, ubicada a 7
kilómetros al este de la costa de arena blanca del popular centro turístico de
Progreso, hay pocos indicios de que este fue el escenario de uno de los
momentos más desastrosos de los últimos 100 millones de años.
Si paseas por la plaza principal, verás pinturas de
dinosaurios dibujadas por niños del pueblo. Pero el único monumento con
referencias a su pasado prehistórico es una especie de hueso de dinosaurio con
un cierto aire infantil y hecho de concreto que está colocado sobre pedestal en
forma de altar con representaciones de especies de dinosaurios.
También existe un museo que fue inaugurado en
septiembre de 2018 entre Chicxulub Puerto y la capital de Yucatán, Mérida,
ya que este sitio merece ser más conocidos en todo el mundo. México ha pedido
que el cráter sea reconocido por la UNESCO, pero todavía hay muchos
turistas que ignoran las características geológicas, el asteroide y la historia
e importancia de todo esto.
El cráter es un ejemplo único en el mundo que se
encuentra bien conservado, ya que la península de Yucatán se encuentra
sobre una placa tectónica estable. Recuerda esto cuando visites Chicxulub, un
espacio con una historia única.
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