miércoles, 25 de noviembre de 2020

¿Rudo o técnico? La historia detrás de la máscara de la lucha libre mexicana

 


La lucha libre, caracterizada por piruetas aéreas, llaves a ras de lona y máscaras coloridas, es una práctica que trasciende su estatus de deporte. Más allá de la innegable proeza atlética de quienes la practican, la lucha libre una expresión cultural que se ha convertido en parte de la identidad mexicana con el paso del tiempo, por lo que incluso podría decirse que es un sinónimo de México en el resto del mundo.

Historia

Los antecedentes de la lucha libre mexicana se remontan hacia 1863, durante la Intervención francesa en México, Enrique Ugartechea, primer luchador mexicano, desarrolló e inventó la lucha libre mexicana a partir de la lucha grecoromana.

En 1910 el italiano Giovanni Relesevitch ingresa a México con su empresa, la cual es una compañía teatral. Al mismo tiempo, Antonio Fournier trae el Teatro Colón, a cuyas filas pertenecen tal vez los primeros luchadores, Conde Koma (Cuyo verdadero nombre era Mitsuyo Maeda, quien es considerado el precursor del Jiu-jitsu brasileño y en todo caso de los modernos espectáculos de Artes marciales mixtas) y Nabutaka. El enfrentamiento entre las dos empresas causa revuelo entre la población, generándole un jugoso negocio a ambas. En 1921 Constand le Marin arriba a México con su empresa, presentando a León Navarro, que había sido campeón de peso medio en Europa, junto con el rumano Sond y otros más; dos años después volvió a México, trayendo al japonés Kawamula quien, junto con Hércules Sampson, actuó en el Frontón Nacional.

En septiembre de 1933, Salvador Luttherot González fundó la Empresa Mexicana de Lucha Libre (EMLL), hoy conocida como Consejo Mundial de Lucha Libre, por la cual es considerado el "padre de la lucha libre". Esta empresa sigue en funcionamiento y se le considera la de mayor categoría en México y el mundo. Otras empresas principales son: Asistencia Asesoría y Administración (AAA), International Wrestling Revolution Group (IWRG) y Alianza Universal de Lucha Libre (AULL). La EMLL creó su propia escuela de luchadores para formar talentos locales y, tras ganarse la lotería dos veces, Lutteroth mandó a construir la Arena México, ubicada en la colonia Doctores.



Características que distinguen a la lucha libre mexicana

La lucha libre mexicana es la versión de la lucha libre profesional que se practica en México, caracterizada por su estilo de llaveo a ras de lona y aéreo. Se evoca el término "mexicana" por las diferencias en la técnica luchística, acrobacias, reglas y folklore propio del país que le da una característica de autenticidad con respecto hacia la lucha de otros países. De ella surgen personajes míticos de la cultura popular, como El Santo, Blue Demon y Mil Máscaras.

Es una mezcla de deporte y secuencias teatrales que en México es el deporte-espectáculo más popular, sólo por debajo del fútbol. La lucha libre mexicana está caracterizada por sus estilos de sumisiones rápidas y acrobacias elevadas, así como peligrosos saltos fuera del ring; gran parte de estos movimientos han sido adoptados fuera de México. Muchos de sus luchadores son enmascarados, es decir, utilizan una máscara para ocultar su identidad verdadera y crear una imagen que les dé una personalidad especial. Los luchadores pueden poner en juego su máscara al enfrentar un combate contra otro luchador enmascarado (máscara contra máscara) o bien con uno no enmascarado (máscara contra cabellera), pero al perderla no la pueden volver a portar nunca jamás en su carrera deportiva, aunque se han suscitado casos de luchadores que vuelven a enmascararse tal es el caso de luchadores como Rey Misterio Jr y Psicosis.

La máscara

La lucha libre no se puede entender sin las incomparables máscaras, reflejo del color y la singularidad cultural de México. No solo eso. Las máscaras también encierran un halo de misterio alrededor del rostro de un luchador, quien, paradójicamente, se convierte en una celebridad y al mismo tiempo en una incógnita para miles de seguidores que hacen de estos personajes unas auténticas leyendas vivientes.

La variedad de diseños es incalculable. Cada luchador le da su propio estilo y forma al personalizarlas para crear una marca que se conecte de manera especial con los fanáticos.

Hay varios luchadores que, a lo largo de la historia de este deporte, se han destacado por sus máscaras.

Dentro de ellos, no se puede dejar de mencionar a El Santo, quien hizo su aparición en la lona en 1942. Inconfundible por su color plata en la máscara, la capa y las botas, fue duramente criticado a lo largo de su trayectoria, ya que muchos los calificaban de salvaje y rudo al momento de luchar.


Otro luchador icónico fue Blue Demon (demonio azul), quien hizo de este color su sello distintivo. Blue Demon tuvo, además, una rivalidad histórica con el Santo, y muchos lo consideraban mejor luchador. Al contrario del plateado, Blue Demon era limpio y más hábil en su técnica de lucha. Por supuesto, esa rivalidad contribuyó a un espectáculo que mantuvo entretenida a varias generaciones.



La máscara es un símbolo tan importante que puede apostarse en combate. Perder la máscara ante un oponente es visto como el máximo insulto, y el luchador derrotado debe despojarse de su máscara para siempre. Es importante mencionar que no todos los luchadores usan máscaras: así, si un luchador sin máscara quiere hacer una apuesta, lo normal es que apueste su cabellera. Si pierde, deberá rasurarse en el momento.

Un deporte teatral

Además de ser un disciplina deportiva, la lucha libre tiene muchos elementos que la convierten en todo un espectáculo. Los luchadores suelen dividirse en dos bandos: rudos y técnicos. Los rudos tienen un estilo de lucha más agresivo y es común que hagan trampa para ganar. Los técnicos, en cambio, respetan las reglas dentro del ring, y sus movimientos son mucho más precisos y complejos. En esta lucha del bien contra el mal juega un papel importante la tribuna: hay aficionados de ambos bandos, y los gritos, vitoreos y abucheos de la multitud son una parte esencial de la experiencia de ir a las luchas.

 


Lucha libre en la actualidad

La lucha libre es uno de los cinco deportes más populares en México. Esta disciplina es particularmente especial para los habitantes de la Ciudad de México: por ello, en 2017 se inauguró la exposición Leyendas de la lucha libre en la estación Guerrero del metro capitalino. Con una extensión de más de 2,000 metros cuadrados, los murales conmemoran a 45 de los luchadores más emblemáticos de la historia.



Además, en 2018 la lucha libre fue declarada Patrimonio Cultural Intangible de la Ciudad de México. Así, se reconoce y se celebra la importancia de la lucha libre en la cultura popular mexicana, cuyos colores y emociones han dado la vuelta al mundo.

 

 

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