miércoles, 11 de noviembre de 2020

¿Carne humana? La historia que no conocías del POZOLE

 


En fiestas de cumpleaños, bodas, bautizos, confirmaciones, comuniones, cualquier día de la semana o en días festivos hay un platillo en el menú de los mexicanos que siempre será una buena elección: el pozole.

Verde, blanco o rojo, podemos encontrar tanta variedad de pozoles en México como regiones y gustos hay en el país. Es un platillo lleno de sabor e historia, ya que desde su concepción hasta los ingredientes que contiene tienen detrás una tradición que va más allá de su preparación.

El pozole mexicano que ahora conocemos tiene como ingrediente principal el maíz, además de carne de pollo o cerdo, chiles, orégano, cebolla, lechuga, rábano y limón, sin embargo, no siempre fue así.

Origen

Del náhuatl pozolli – espumoso- y pozol – espuma-, el pozole es un platillo con granos de maíz, verdura, carne y sal. Su preparación ha ido modificándose con el paso del tiempo ya que ha habido un cambio significativo con respecto a un ingrediente muy importante: la carne.

En un inicio la carne que se agregaba era humana. La ofrenda gastronómica era otorgada al dios de la primavera en una plegaria por las buenas cosechas. Fray Bernardino de Sahagún  relata en la Historia General de las Cosas de la Nueva España, que durante las ceremonias en honor al dios Xipe Tótec (Nuestro Señor Desollado), al emperador Moctezuma se le servía un enorme plato de pozole, coronado con el muslo de un prisionero sacrificado.

Según el Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, el pozole era preparado por las culturas prehispánicas de la siguiente manera:

En principio, un guerrero debía capturaba a un enemigo de su mismo rango en el campo de batalla. Según los expertos, en ese momento “era como ir al mercado a conseguir los ingredientes”.

Una vez cumplida la misión, el guerrero regresaba victorioso a la ciudad de México Tenochtitlan, mientras que al cautivo se le trataba con todos los honores, pues era una forma de impregnarlo con el tonalli de su captor que cumplía de esa forma con el deber a sus dioses, a su gobernante y su gremio.

En el inicio de la historia del pozole, el cautivo era ofrendado en una piedra de sacrificios de la casa de los dioses y con el derramamiento de su sangre y su muerte, el sol y las múltiples manifestaciones divinas quedaban alimentadas.

El cadáver era rodado por la escalinata del templo y el guerrero captor debía recuperarlo para llevarlo a su casa. Ahí sería cocinado de la siguiente manera:

“Cocían la carne con el maíz y daban a cada uno de los invitados a la comida, un pedazo de aquella carne en un recipiente con caldo y maíz cocido”.

Historia general de las cosas de Nueva España.

En ese momento, “comer pozole” formaba parte de un ritual que el guerrero compartía entre su amplia familia del calpulli. 

En marzo de 1530, después de derrocar a los indígenas, Nuño Beltrán de Guzmán (conquistador de la Nueva Galicia) fue recibido en Tonalá, Jalisco, por Itzoapilli Tzapontzintli y sus cortesanos con danzas y pozole mexicano. 

Nuño, al entrar a la cocina y ver la olla del pozole, se percató que este tenía restos humanos, inconfundibles, ahí mismo cortó la olla con su espada e intimidó a la reina y al resto de los presentes para no comer más carne humana.

Debido a la aberración que le causó a lo europeos la antropofagia ritual que se practicaba entre los nahuas, decidieron importar gran cantidad de cerdos ya que los indígenas decían que su carne era muy parecida en sabor, textura y cantidad de grasa que la del humano.



Pozole ¿platillo completo?

Considerada como una comida inteligente, el pozole integra productos de diferentes grupos de alimentos que en sí mismo aporta todos los nutrimentos que nuestro cuerpo necesita.

  •          Maíz
  •          Productos de origen animal (carne o crema)
  •          Vegetales (lechuga, cebolla, rábano, orégano y chile)

México posee una gran diversidad culinaria de origen mestizo debido a la influencia de otros países y cuenta con un gran número de productos y alimentos accesibles con los que se ha logrado desarrollar una cocina muy variada y nutritiva. El pozole es un ejemplo de ello; sin embargo, es importante cuidar las cantidades que consumimos de este platillo.

 


El ingrediente estrella

El ingrediente - dejando de lado a la carne- que es más característico dentro del pozole es el maíz. Según “El Pozole, situación actual y nutricional”, el grano que se utiliza proviene del cacahuazintle por dos grandes razones: la importancia simbólica que tenía en la cosmovisión azteca y por ser un grano grande y suave al consumirse.

El maíz es considerado actualmente por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura como parte del patrimonio inmaterial de México al representar parte importante de la gastronomía mexicana y sus rituales. Por esto, su valor dentro del pozole es incalculable.

Según una tesis publicada por el Instituto Politécnico Nacional con el nombre de "'Pozolería tradicional mexicana´, como parte importante del patrimonio gastronómico local y social", el maíz ha formado parte de la dieta de los mexicanos desde hace 3000 años.

 


Pozole en la actualidad

Mientras pasaba el tiempo, el pozole iba adquiriendo ingredientes que en su preparación original no se presentaban, ya que con el paso de los años y la hibridación cultural, la gastronomía mexicana tuvo que adaptarse a las tradiciones, gustos, rituales y necesidades nacientes de los nuevos pobladores que querían degustar el platillo que alguna vez fue una forma de demostrar valentía y honor a los Dioses.

El pozole tiene diferentes versiones y se puede preparar de muchas maneras, entre esas está el blanco característico de Guerrero y el rojo que se consume en Sinaloa o Jalisco. El pozole es tan diverso como el mismo México.

En el transcurso de la historia el pozole ha tenido modificaciones a partir de los ingredientes y gustos de cada región. Por ejemplo, en el estado de Guerrero se le agrega tomate verde, en Michoacán chicharrón, en Colima queso blanco, en Jalisco cerdo y chile ancho (es la receta más conocida), y en las zonas costeras sardinas.


Este platillo típico mexicano se acompaña con rodajas de rábano, lechuga rayada, aguacate, tostadas de pata o de crema con queso. En la zona de Guerrero es típico que se le agregue chicharrón. Para resaltar su sabor se le agrega chile piquín molido y el famoso orégano.

Sea cual sea la variante del pozole, también forma parte de la gastronomía mexicana y esta fue nombrada patrimonio inmaterial de la humanidad. 

¿Se te antojó?

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