Las leyendas son parte de la cultura y folclor de
México. No importa a qué destino vayas, siempre sabrás de historias y sucesos
fantásticos que la gente ha contado a través de los años y que, gracias al
"de boca en boca" continúan vivas.
A continuación, te presentaremos una leyenda que se remonta al siglo XVII, de
algo insólito que ocurrió en Veracruz.
Leyenda de La Mulata
Cuentan que allá por el siglo XVII, vivía en la villa de
Córdoba, Estado de Veracruz, México, una hermosa mujer. Nadie sabía su origen, domicilio ni quiénes
eran sus familiares. Su belleza hacía que muchos hombres la pretendieran. Ella era mulata; por sus venas corría sangre negra y española.
En el pueblo se rumoraba que "la Mulata" era muy buena para
curar por medio de hierbas y rituales. También se decía que podía predecir
eclipses, conjurar tormentas, temblores y provocar enfermedades. Las mujeres aseguraban
que tenía el poder de hacer que los hombres cayeran rendidos ante ella, siendo
capaces hasta de pedirle matrimonio.
Todo esto hacía que "la Mulata de Córdoba", como todos la conocían, fuera
señalada como bruja y hechicera. Incluso pregonaban que tenía un pacto con el
diablo.
A pesar de su belleza, siempre fue huraña y prácticamente hacía de lado
a sus pretendientes. Uno de ellos fue don Martín de Ocaña, alcalde de Córdoba.
Después de haber sido rechazado, este señor quiso vengarse y utilizó todas las
habladurías de muchos del pueblo en contra de ella para culparla de brujería.
No conforme con eso, inventó que ella le dio una bebida para que perdiera por
completo la razón.
La Santa Inquisición al saber todo esto sobre "la Mulata", no tardó
en detenerla y enviarla a la cárcel del fuerte de San Juan de Ulúa, en el
actual puerto de Veracruz, acusada de brujería. El castigo fue terrible:
la condenaron a muerte.
Aquí es donde entran los sucesos extraños.
La leyenda cuenta que, estando en prisión, convenció a un
carcelero de que le consiguiera un trozo de carbón. Al conseguirlo, "la
Mulata" comenzó a dibujar, en los húmedos y oscuros muros de la
celda, un barco con grandes velas, varado en el mar y el cual parecía que en
cualquier momento iba a zarpar.
Un día que comenzó una llovizna, "la Mulata" le preguntó a un
carcelero que la estaba vigilando: "¿Qué crees que le hace falta a mi
barco?". El guardia respondió "¡Que navegue!". Acto seguido,
"la Mulata" dio un salto a su barco formando parte del dibujo, subió a la
nave y desapareció. Al día siguiente encontraron al carcelero con la razón
perdida y a "la Mulata" nadie la volvió a ver.
Personas del pueblo aseguraban que ese día pudieron ver la
figura de un barco yendo rumbo a mar abierto, algo que les pareció extraño, ya
que el puerto estaba cerrado debido a la tormenta.
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